Según datos históricos, Crucita acogió a grandes culturas Pre incásicas. Se han encontrado piezas arqueológicas de diferentes culturas. Así, en el período Paleo indio, entre 13.000 y 3.500 años A.C. se desarrollaron las culturas “Las Vegas” (por el sitio de localización) y la Valdivia. En el período formativo, que comprendió entre 3.500 y 3.200 años A.C. hasta los 500 años A.C. se desarrollaron las culturas Valdivia, Machalilla y Chorrera. En el período de Desarrollo Regional, que comprendió el período de 500 años A.C hasta 500 años D.C llegaron a tener influencia las culturas: Jambelí, Guangala, Bahía de Caráquez y Jama-Coaque. En el período de Integración que comprendió de 500 años D.C al año 1.532 D.C (llegada de los españoles), estuvo caracterizada por la cultura Manteña.
En general, Crucita ha sido testigo de la presencia de grandes culturas pre incásicas, de actividades relacionadas a la conquista, de significativos hechos revolucionarios en la vida republicana y de una constante lucha por la superación de sus habitantes. Pequeños poblados de indígenas que dependieron administrativa y políticamente de la ciudad de Charapotó, hicieron historia en tiempos de la conquista y el coloniaje en el período Republicano.
Crucita era una pequeña población que se dedicaba a la pesca y que era muy devotos de la Santa Cruz, de la cual se originó su nombre. En la que se ubicó la cruz donde hoy se levanta el actual templo parroquial, perteneciendo en ese entonces a la parroquia Charapotó adscrita al cantón Montecristi. Después de la Revolución Liberal, Crucita pasó a formar parte del cantón Sucre. Pero, se recuerda que a principios del siglo XX (año 1900) ya existían salineras que producían sal de excelente calidad.
De otra parte, en las últimas décadas, en particular, Crucita se volvió atrayente por el auge del turismo facilitado por una carretera que permite una fácil comunicación con la ciudad de Portoviejo y porque brinda facilidades para la práctica de deportes como parapente, alas delta y otros.
VERSIONES SOBRE SU NOMBRE
La historia sobre el nombre de Crucita no está clara. Una de las versiones más extendidas es que existía hace mucho tiempo una señora de nombre Crucita, quien carismáticamente y humildemente acogía en su hogar a los viajeros que hacían una parada en su domicilio para recargar energías y servirse unos alimentos, ya que el viaje que emprendían los llevaba a lugares alejados para poder comercializar sus productos. Todo viajero que pasaba por el sector siempre llegaba al domicilio de aquella señora. Se dice que por la humildad y sencillez de esta señora es que hoy la parroquia de crucita lleva en honor su nombre.
Otros, en cambio, aseguran que se debe a que en tiempos de la colonia este era un sitio en donde se velaba a la Virgen María y a la Santa Cruz en el mes de mayo, para los católicos el mes de María. El obispo del cantón a su llegada colocó una cruz en donde actualmente está el templo y desde ese momento se la llamó Crucita.
Otro mito extendido sobre este lugar habla de que hace algunos años atrás llegó una flota de veleros a las playas del sector. En uno de ellos viajaba una tripulación de españoles, quienes asombrados por tan bellos paisajes del sector decidieron asentarse en aquel lugar y lo colonizaron.